3 Conclusiones: Lecciones que aprendí como Trabajadora Humanitaria.
- Malena Hughet
- 16 abr
- 1 Min. de lectura

Revisando el feed de LinkedIn, observe un post de una organización internacional en el que compartían con alegría la muñeca Barbie en versión Trabajadora Humanitaria. Esto me hizo regresar un poco a mi experiencia personal en el rubro Humanitario, y aquí les compartiré algunos puntos básicos:
1.- En mi primera experiencia como trabajadora humanitaria, en un campamento de refugiados, empecé con mucho entusiasmo, pensando que iría a ayudar. Pero la realidad es que no ayude a nadie, fueron todas las familias de Inmigrantes y Refugiados que conocí que me ayudaron a madurar y a crecer como persona, en todas las áreas de mi vida.
2- Aprendí sobre la importancia de quererme a mí misma y no descuidar mi propio descanso. Cuando trabajas en constantes situaciones de emergencia, puedes llegar adquirir el Síndrome Postraumático Secundario. Después de mi primer burnout, entendí que tenía que darme espacios de tiempo donde pueda no solo procesar las experiencias vividas, pero también donde pudiera darme la oportunidad disfrutar de la simplicidad de la vida.
3-Ser trabajadora humanitaria puede ser el trabajo sonado en el que piensas podrás ayudar a muchas personas, pero en realidad, la mayor parte del tiempo, el sistema y la burocracia no te dejan actuar como debería ser ante situaciones de emergencia. Esto no solo genera un cansancio, que puede llegar a ser crónico, pero también un conflicto contigo mismo con respecto a tus propios valores sobre la vida y lo que significa actuar con compasión por otros seres humanos. Este último es un daño que afecta tanto como el Burnout o el Síndrome Post Traumático Secundario, y del que muy poco se habla.
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